Las encimeras de mármol ofrecen un acabado de gran belleza.
Son muy resistentes y duraderas, aunque también son encimeras porosas.
La porosidad de este tipo de encimeras hace que absorban la suciedad con más facilidad, por eso es tan importante prestar especial atención a su limpieza.
El mejor método es frotar la encimera de mármol con un paño suave humedecido en agua con jabón neutro. Y una vez, eliminadas las manchas, se puede secar con papel absorbente.
Existen diversos productos en el mercado para devolver el brillo a las encimeras de piedra natural, pero el único método eficaz es el pulido de encimeras profesional.
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